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El Cambio de Aome

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El Cambio de Aome Empty El Cambio de Aome

Mensaje por Little Sweet Demon Dom Jun 07, 2009 3:38 am

Fics de Inuyasha.

El Cambio de Aome.

Época Feudal.
Aome, Inuyasha, Shippo, Miroku y Sango, claro Kirara también, seguían buscando al escurridazo y perverso demonio llamado Naraku, sin saber lo que les esperaría.
- Aome: Cuando vamos a terminar, ya he faltado mucho tiempo a clases, de seguro me van a expulsar…
Pensaba tristemente Aome.
- Aome: Pero la escuela no me importa mucho, extraño a Sota, a mi mamá, a mi abuelo, a Buyo, extraño mi casa… mis amigas… mi vida de antes…
Aome seguía triste y aunque trataba de ocultarlo, todos sus amigos se habían percatado de su tristeza.
- Sango: Te Sucede algo Aome?
Pregunto intrigada la exterminadora al ver tan pensativa a Aome.
- Miroku: Si, le sucede algo señorita Aome.
Se unió al interrogatorio el monje Miroku, una figura no tan sagrada.
- Aome: No, no me pasa nada.
- Sango: Desde ayer has estado triste, te sientes mal Aome.
- Shippo: El torpe de Inuyasha te hizo algo.
Pregunto el Kitsume desde el hombro de Aome, Inuyasha que estaba más adelante y veía todo de reojo, tan solo apretó su puño.
- Aome: No, no es nada, solo estoy un poco cansada, hace muchos días que no descansamos y mi cabello ya se esta maltratando, necesito un baño, perdónemele si los preocupe por nada.
Aome se disculpo, sus amigos aceptaron sus disculpas, aunque sabían que no era por eso, por lo que Aome se sentía tan triste.
- Sango: Es cierto, hace mucho tiempo que no descansamos…
- Miroku: Por aquí cerca hay una aldea, no esta muy lejos, aunque no es una aldea muy grande, es una aldea de pescadores y comerciantes, pero debemos encontrar una casa en la que nos den posada…
- Shippo: Claro, con el truco del exorcismo consigues casa y comida gratuita…
- Miroku: Se hace lo que se puede para vivir…

En una casa solitaria de la aldea a la que Inuyasha y su grupo se dirigía.
- Urasei: Así que ellos son los desafortunados.
Una especie de anciana se encontraba mirando el interior de una olla donde se preparaba alguna clase de brebaje, aunque pareciera extraño, en la olla se veía claramente a Inuyasha, Aome, Sango, Shippo y Miroku.
- Urasei: Lastima, es una jovencita muy joven.
La anciana se fijo de pronto en algo que le llamo la atención.
- Urasei: Esa espada se ve muy fuerte y muy valiosa, será perfecta…
La imagen se borro de pronto.
- Urasei: Están por llegar al pueblo, hay que prepararlo todo.
Inuyasha, Aome, Sango, Miroku y Shippo estaban llegando a la pequeña aldea de la extraña anciana.
- Sango: No hay duda, es una pequeña aldea.
- Inuyasha: Crees que haya un lugar donde quedarnos Aome…
Pero Aome no estaba, apenas habían llegado se separo del grupo.
- Inuyasha: Aome… porque me tienes que dejar hablando solo.
Aome se encontraba maravillada viendo todo el lugar.
- Aome: Había visto aldeas como esta solo en libros…
Aome se acerco inquieta hacia un puesto, el cual estaba montado en el suelo.
- Aome: Que lindo.
El pequeño puesto era atendido por un niño, junto a este, habían otros puestos más, vendiendo diversas cosas, figuras de barro, pulseras hechas con cuentas de colores, plantas medicinales, en fin, todo lo que se pudiera comprar.
- Aome: Valla, se ve lindo… aunque esta algo sucio…
Aome tomo una pulsera del pequeño puesto, parecía ser metal, pero estaba muy vieja y toda cubierta de barro y lodo secos, el pequeño niño sonrió en cuanto vio a Aome tomar algo de su puesto, Aome también vio el gesto de felicidad del pequeño.
- Aome: Me la llevaré, cuanto cuesta…
Mientras Aome compraba, Inuyasha se ponía más y más molesto.
- Inuyasha: Hasta que horas va a estar mirando…
- Shippo: Estas molesto porque te dejo hablando solo, verdad…
- Inuyasha: Zorro del demonio…
Inuyasha estaba por golpear a Shippo cuando este brinco al hombro de Aome, que acaba a de llegar con sus compras.
- Aome: No es lindo…
Dijo Aome levantando su mano derecha para mostrarles a todos su nueva pulsera.
- Aome: Donde están el Monje Miroku y Sango.
Pregunto curiosamente Aome al ver que sus dos amigos no estaban.
- Shippo: Miroku fue a buscar un lugar donde quedarnos y Sango lo acompaño para que no engañara a nadie.
Aome sonrió al pensar en lo que pasaría, de pronto se tomo la cabeza como si le doliera.
- Inuyasha: Te sientes bien Aome…
Miroku y Sango acaban de llegar cuando vieron a Aome.
- Sango: Encontramos una posada, que te sucede Aome…
- Miroku: Señorita Aome, se siente usted bien.
Aome se tranquilizo un poco.
- Aome: Siento la presencia…
Pero Aome no pudo acabar, ya que Inuyasha la interrumpió.
- Inuyasha: Es un fragmento de Shikon…
- Aome: No que va, la presencia es de una carta Clow, tu que crees…
Dijo irónicamente Aome.
- Shippo: Te sientes bien Aome.
Aome tomo a Shippo por la cola y lo lanzó con fuerza al suelo.
- Aome: No, no me siento bien, porque he de cargarte sobre mi hombro todo el día.
Shippo se asusto de la actitud de Aome, así como Sango y Miroku.
- Sango: Te sucede algo malo Aome…
Sango puso su mano sobre la mano de Aome, esta molesta se la quito.
- Aome: No me sucede nada, ya déjenme en paz… donde esta la posada.
Pregunto molesta Aome.
- Miroku: Esta en esta dirección vamos.
El grupo caminaba siguiendo a Miroku, Aome seguía aparentemente molesta por algo, cuando llegaron a la posada Aome se molesto aun más.
- Aome: I quieren que duerma en esta pocilga…
Todos se sorprendieron de la actitud de Aome.
- Inuyasha: Que es lo que te sucede Aome…
- Aome: Nada, ya déjenme en paz.
Aome entro y se dirigió a su habitación, ya frente a la puerta de esta, Aome habló.
- Aome: Me voy a descansar y si escucho un solo ruido… lo lamentarán.
Aome se retito molesta hacia su habitación, cerrando la puerta de golpe.
- Shippo: Aome…
De pronto se escucho un fuerte ruido provenir de la habitación de Aome, Inuyasha entro de inmediato, seguido por Miroku, Sango y Shippo.
- Inuyasha: Aome…
Aome estaba desmayada en el suelo y por más que Inuyasha tratara de despertarla, Aome no reaccionaba, seguía inconsciente.
- Inuyasha: Aome despierta…

En casa de la bruja Urasei.
- Urasei: Bien, lo que debía pasar, paso… ahora a esperar a Inuyasha, no creo que demoren mucho, las pistas son tan obvias…

Con nuestros amigos.
Luego de dejar a Aome con Kirara, Inuyasha, Shippo, Miroku y Sango comenzaron a investigar cualquier información acerca de la pulsera de Aome, pero todas sus pistas los llevaban hacia un mismo lugar, una casa alejada del pequeño pueblito.
- Miroku: Aquí es… eso es lo que dice el letrero.
Frente a la pequeña casa había un letrero, el letrero decía así “Urasei, la Poderosa Bruja, resolverá todas sus dudas”, más abajo decía, “Costo de la consulta, 100 piezas de oro”.
- Sango: Para mi parece el anunció de una adivina cualquiera… aunque con esos precios.
Dijo Sango mirando con intriga el susodicho letrero.
- Miroku: Tampoco me parece que logremos mucho preguntando aquí, pero es la única pista que tenemos.
- Inuyasha: Vamos a entrar o no…
Inuyasha y su pequeño grupo entraron, la casa por dentro parecía el lugar de una adivina cualquiera, lo que no les dio muchas esperanzas.
- Inuyasha: Hay alguien aquí…
Inuyasha, Sango, Miroku y Shippo caminaron hasta el final de la habitación, donde había una extraña anciana sentada frente a una olla en la que hervía un extraño brebaje, la anciana al parecer estaba dormida.
- Sango: Ella es la adivina…
- Miroku: Habrá que despertarla para preguntárselo.
- Inuyasha: Oye… anciana…
Pero la anciana dio dos ronquidos.
- Inuyasha: TE ESTAMOS HABLANDO!!!
La anciana despertó por fin ante los gritos de Inuyasha.
- Urasei: Que, que sucede…
La susodicha bruja observo a los cuatro viajeros.
- Miroku: Veníamos porque…
Pero Miroku no pudo terminar, ya que la anciana lo interrumpió.
- Urasei: Si, ya lo se, su amiga Aome, los estaba esperando, porque se tardaron tanto…
La anciana paso sus manos varias veces sobre el caldero que tenía frente a ella, este mostró a Aome aun dormida y luego a la pulsera.
- Sango: Esa es nuestra amiga Aome…
- Miroku: I esa es la extraña pulsera.
La extraña anciana asintió.
- Urasei: Lo que sospechaba… su amiga es victima de un hechizo…

Continuará…
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Mensaje por Little Sweet Demon Dom Jun 07, 2009 3:39 am

Fics de Inuyasha.

El Cambio de Aome.

Luego de escuchar aquellas palabras de la anciana, Inuyasha y Miroku habían ido por Aome, quien al parecer había empeorado en sus extraños síntomas, esta vez estaba padeciendo una fiebre muy intensa y parecía estar sufriendo una pesadilla. La mujer había preparado una habitación en un cuarto de junto, con una cama donde colocaron a Aome. Shipo y Kirara se habían quedado en otra habitación, cuidando de Aome. Inuyasha, Miroku y Sango se sentaron a escuchar lo que la anciana les tenía que decir.

—Hace muchos años un perverso hechicero practicante de magia oscura, creo diferentes artefactos, cada uno de ellos poseía un hechizo en particular —La extraña anciana comentaba la historia frente a un caldero, cuando le agrego unos polvos, dentro del humo que provenía del cocido, comenzaron a proyectarse imágenes—. Un relicario, un broche para cabello, un espejo de mano, un pendiente, un juego de dos zarcillos, un anillo, un collar y una pulsera.

Todos atendían entusiasmados lo que la anciana hablaba, todos menos Inuyasha, que estaba de lo más aburrido. Shipoo, quien se encontraba en la habitación de junto cuidando de Aome, escuchaba de reojo pegado a la pared, todo lo que decían acerca de la condición de Aome.

—¿Qué diablos es lo que tratas de decirnos anciana? —preguntó enojado el mitad demonio.

—Esa pulsera… —comentó la anciana viendo fijamente a Inuyasha—. La que lleva en la mano… —Inuyasha asintió al escuchar las palabras de la anciana—. Esta hechizada.

—¿Qué has dicho? —preguntó Inuyasha confundido.

—Rayos, acaso quieres que te lo dibuje… eres un verdadero idiota perro estúpido —Sango y Miroku se sorprendieron ante las palabras de la anciana, por el contrarió, Inuyasha solo se enojo más—. Escucha con atención perrito, si gustas acércate para que se te haga más fácil. Voy a ser lo más sencilla posible —Inuyasha se acerco a la anciana y esta con una sonrisa, le grito al oído—. ¡ERES UN IDIOTA INUYASHA!

Para este momento, tanto Miroku, como Sango, comenzaron a sospechar de aquella anciana, quien parecía saber más de lo que decía, en especial, parecía saber bastante de Inuyasha. Mientras Inuyasha se recuperaba del grito, Sango y Miroku hablaban entre ellos.

—No le parece muy sospechosa aquella anciana, su excelencia—. Comentó Sango casi susurrándole al oído a Miroku.

—Ya lo creo, Sanguito —respondió Miroku sin dejar de observar a la anciana… aunque su mano derecha se encaminaba instintivamente a otro lado—. Parece saber bastante de Inuyasha, me pregunto si quizás lo conoció en su juventud.

—Esta diciendo que aquella anciana podría ser como la anciana Kaede, la hermana de Kikyo —Miroku asintió—. Inuyasha paso cincuenta años dormido, aquella mujer se ve bastante anciana. Quizás tenga razón en ello, aunque no imagino que tipo de relación tuvo con Inuyasha.

Inuyasha y la anciana estaban literalmente peleando de tú a tú, o sea, a punta de gritos e insultos verbales. Por las afirmaciones de Miroku, parecía ser, que aquella anciana si había conocido a Inuyasha en el pasado, la pregunta era, cuando y como, además de que tipo de relación guardaba. De pronto, un fuerte sonido de una cachetada inundo el ambiente.

—¡SU EXCELENCIA! —Sango golpeo a Miroku, dejándole toda la marca de la mano en la cara—. Esto es algo serio.

Inuyasha y la anciana dejaron su discusión, Miroku se disculpo con Sango y como de costumbre, esta lo perdono. Nuevamente todos rodearon a la misteriosa anciana y esta colocó unas hierbas dentro del cocido. Por unos segundos no sucedió nada, simplemente el brebaje cambió de color a un extraño tono morado. Todos se quedaron intrigados esperando que sucedería, la anciana tomo un cucharón y vertió el líquido en un tazón y se los dio a Inuyasha, Sango y Miroku.

—Es alguna especie de líquido mágico que al beberlo nos ayude a entrar en alguna especie de trance para salvar a Aome —preguntó con curiosidad Sango al recibir el tazón, Miroku e Inuyasha observaban el contenido de su tazón con algo de recelo, la anciana lleno un cuarto tazón y se lo bebió.

—No es nada de eso —comentó la anciana luego de beber el líquido y suspirar—. Solo es un poco de té que preparé. Me ayuda a concentrarme.

Los presentes se cayeron de espaldas ante la respuesta. Inuyasha se mostraba cada vez más molesto, al punto de querer desenvainar su espada, pero Miroku no dejaba de tranquilizarlo, debido a que no podían molestar a la anciana, ya que era la única pista que tenían para salvar a Aome.

—Esta bien, no haré nada… —respiró hondo Inuyasha—. Pero que de una buena vez se deje de bromas o ya vera…

—Así que bromas —la anciana sorbió el último poco de té y tiró el tazón dentro de la olla, este exploto y el cuarto se lleno de una extraña luz roja—. Mientras ella no se la quite, no volverá a ser la misma Aome que conocieron, esta siendo manipulada por el creador de esa pulsera encantada.

—Pobre Aome.

—Así que eso era lo que le sucedía a la señorita Aome.

—¿Pero quien creo esa pulsera?

Urasei, la bruja anciana tan solo les mostró un mapa.

—Un antiguo mago, vivía en este punto… —Urasei la bruja anciana, tan solo les mostró un mapa con un punto marcado. De inmediato Inuyasha se levanto tomando su espada.

—¿Qué vas a hacer jovenzuelo? —preguntó la anciana en un tono algo irónico. Inuyasha ni siquiera volteo a ver a la anciana, tan solo camino hacia la puerta.

—No es obvio, debo acabar con ese mago para que el hechizo en que tiene atrapado a Aome acabe —comentó Inuyasha desenvainando a Colmillo de acero.

—Pero Inuyasha —Miroku se levanto e intento tranquilizar de nuevo a Inuyasha—. Aun no sabemos nada acerca de nuestro enemigo, que tal si es otra trampa más de Naraku.

—¿Cree qué pueda tratarse nuevamente de él, su excelencia? —preguntó Sango muy angustiada, no era el estilo de Naraku, pero no se podía descartar que fuera un ataque de él.

—Hace mucho no sabemos de él —habló Miroku en tono pensativo—. No me extrañaría que haya planeado algo como esto.

—Trampa o no, debo ir, la vida de Aome peligra, no lo entiendes —Inuyasha levanto su espada, pero antes de que pudiera salir, Urasei lo detuvo.

—Espera un poco Inuyasha, sigues igual de impaciente —todos los presentes voltearon a ver a la anciana. Especial Inuyasha, pero este solo se volteó para volver a pelear con la anciana.

—¿Qué sucede anciana, acaso me vas a detener? —dijo Inuyasha en tono amenazante.

—No lo haré, solo deseo saber si de verdad te importa tanto esa muchacha —Sango, Miroku y Shippo voltearon a ver a Inuyasha, este disimulo muy bien su sonrojo volteando la cara.

—I eso que te importa anciana decrepita, tengo que exterminar a un hechicero y el tiempo no esta de mi parte —Inuyasha se volteó para esconder su sonrojo y se dirigió nuevamente a la puerta—. Sino tienes nada importante que decirme, no me quites mi tiempo.

Inuyasha salió corriendo a toda velocidad tratando de huir de esa casa, pero por algún motivo, no logro ni atravesar la puerta. Por más efuerzo que hiciera, era como si alguna fuerza invisible lo detuviera.

—¡Qué demonios! —Inuyasha volteó a ver a la misteriosa anciana, la cual se encontraba emanando una extraña energía, la misma energía que impedía que Inuyasha saliera—. Dime de una buena vez, que es lo que quieres… —dijo Inuyasha molesto y apuntando con su espada a la anciana.

—Quiero saber que tienes pensado hacer, si tus intenciones son atravesar todo el mundo en menos de seis horas, llegar al castillo de aquel mago y eliminarlo—la anciana se levantó y se encamino hacia la pared, donde había un montón de frascos —. Pues déjame decirte que pierdes tu tiempo, aquel mago murió hace muchos años y aunque viviera, sus hechizos no se romperían con matarlo. La magia que se encuentra encerrada en esos peligrosos artefactos disfrazados como objetos inocentes, es magia muy poderosa y antigua, no simples hechizos de principiantes.

—Entonces dime de una buena vez, que debo hacer para romper el hechizo que tiene atrapada a Aome —Inuyasha se acercó molesto a la anciana, esta sonrió.

—Si de verdad te interesa tanto esa chiquilla —la anciana tomó un frasco del estante y se volvió a sentar frente al caldero, el efecto de luz roja que cubría la habitación, ya había terminado—. Yo te puedo ayudar a salvarla, pero mi ayuda no es gratis, a cambió debes darme algo tuyo…

Inuyasha miro en dirección de su mano derecha, aquella con la que sostenía a su espada. La anciana se notó muy interesada en la poderosa espada de Inuyasha, Miroku y Sango se notaban preocupados, no sabían si era una trampa o no.

—Hablas acaso de mi Colmillo de Acero —la bruja asintió—. Debes estar bromeando —Urasei negó con la cabeza.

—Dame a tu espada o… ¿acaso tienes algo más valioso para ofrecerme? —Sango se acercó a la anciana y deposito su boomerang en el suelo.

—Es lo más valioso que tengo, por favor, salve a Aome —dijo Sango casi suplicante—. Aome es mi mejor amiga, no me importa perder mi Boomerang, aunque sea un recuerdo de mi padre fallecido.

Shippo, quien había estado escuchando desde el otro cuarto, se acercó a la anciana y comenzó a vaciar todos sus bolsillos. Deposito todos sus queridos juguetes, junto al boomerang de Sango.

—No parecerán mucho, pero son mis tesoros —comentó Shippo algo triste de no poder depositar algo de más valor—. ¡Por favor, salve a Aome!

—También ayudaré —Miroku deposito su báculo sobre los demás objetos—. También tengo muchos pergaminos capaces de expulsar espíritus y fantasmas —Miroku colocó sus pergaminos junto a su báculo—. No importa el precio, con tal de salvar a la señorita Aome.

La extraña anciana vio los objetos, levantó uno por uno estos y comenzó a evaluarlos. Miroku, Shippo y Sango estaban muy impacientes, esperando a ver si servían de algo sus esfuerzos, Inuyasha por su parte, simplemente sostenía su espada.

—Llénenselos, no me interesan para nada —la anciana lanzó los objetos al suelo, luego fihó su mirada en la grandiosa espada de Inuyasha—. Solo busco la poderosa Espada Colmillo de Acero, capaz de cortar a cien espíritus de un solo ataque…

Decepcionados, Sango y Shippo tomaron sus cosas y las guardaron, Miroku se veía algo molesto. Inuyasha por su parte, transformo su espada y apunto con ella a la cabeza de la anciana.

—Dime, como sabes tanto de mi espada, si nunca la habías visto antes —la anciana sonrió.

—Te sorprenderías mucho de saber la verdad, perrito —la anciana le guiño un ojo a Inuyasha, haciendo que a este se le erizara el cabello—. Bromeo, claro que la había visto, he visto todos tus combates Inuyasha, desde que entraron en este pueblo, mi caldero me mostró todo de ustedes, incluso la tragedia por la que debía pasar Aome, ahora sino guardas esa espada y me prestas atención, no te diré como salvar a Aome.

Inuyasha no tuvo más remedio que hacer lo que le ordenaban, envaino su espada y aun molesto se tuvo que sentar a escuchar. Sango, Miroku y Shippo escuchaban también lo que hablaba la anciana, que con cada palabra, les creaba más dudas de su identidad.

—Soy una antigua y poderosa bruja, pero mi magia ya se esta acabando, así que si he de gastar mi tiempo en ayudarlos, al menos quiero algo a cambio —la anciana señalo la espada de Inuyasha, este parecía dudar en entregar su espada, pero era la vida de Aome.

—Si te doy a Colmillo de Acero, como estaré seguro de que salvaras a Aome.

—No puedes estarlo, confías en lo que te digo o ella se quedará así para siempre…

Inuyasha aun dudando, pero temiendo por la vida de Aome, no tuvo más opción que tomar su espada, con todo y funda, y entregársela a aquella extraña anciana, aun cuando su lógica le decía que no confiará en aquella mujer y entregará tan fácilmente su arma más poderosa, debía hacerlo. Cuando la mujer sostuvo la espada, la desenvaino, logrando que Colmillo de acero se transformara, comenzó a reír para sorpresa de los presente y apuntó con la espada a Inuyasha.

Continuará...
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