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Las Crónicas de Céfiro.

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Las Crónicas de Céfiro. Empty Las Crónicas de Céfiro.

Mensaje por Little Sweet Demon Dom Jun 07, 2009 3:29 am

Magic Knight Rayearth.

Las Crónicas de Céfiro:
Marina, Clef y el Ropero.


La historia nos sitúa mucho tiempo antes que los otros tres capítulos, aproximadamente unos tres años después que la serie acabo.

Una adolescente de cabello azul corría tan rápido como sus piernas podían permitirle, en pocos segundos atravesó toda la ciudad hasta llegar a su casa, necesitaba hablar con alguien muy especial de suma urgencia y cada segundo contaba.

—Clef pobre de ti de que no estés en Céfiro para cuando llegué —Marina subió directamente a su habitación sin siquiera saludar a sus padres—; perdón mamá y papá, pero necesito hablar con cierto hechicero con apariencia de niño—

Al entrar a su habitación, lo primero que hizo fue tirar su mochila sobre su cama y cambiarse los zapatos, a continuación sacó una llave dorada, la cual colgaba de su cuello amarrada con una brillante cadena y se dispuso a usarla.

—Bueno, aquí vamos —tomó aire para darse valor—. Vamos, si lo he hecho siempre. ¿Por qué estoy tan nerviosa ahora?—

Marina uso su llave sobre la cerradura de su armario, de inmediato esta brilló. Al abrir la puerta lo que se observo no eran precisamente los costosos vestidos de la joven, sino una curiosa entrada hacia un fabuloso mundo que en más de una ocasión había visitado, Narnia… perdón, Céfiro

—I ahora hay que entrar —Marina se quedo parada frente a la puerta sin hacer nada—, ya se que hay que entrar, pero… ¿Por qué no lo hago?—

El paisaje era fenomenal, Céfiro lucía en su máximo esplendor. Lagos cristalinos, bosques casi interminables, riachuelos llenos de peces de todos colores, cascadas espectaculares y… hasta un géiser, era obvio que Lucy se había esforzado por mejorar mucho a Céfiro. Marina por fin dio un paso y entro. Para su mala suerte las puertas que siempre abría terminaban en medio del cielo.

—A veces, de verdad odio esto —se dijo para si misma Marina, cayendo desde más de 20 KM de altura, en completa caída libre, sin embargo no lucía para nada asustada—. Recuerdo la primera vez que Clef me dio la llave —Marina esbozo una sonrisa de felicidad—. El susto monumental que me lleve la primera vez que atravesé la puerta y comencé a caer. Supongo que luego de tres años una se acostumbra a todo—

—Ya lo creo —se escucho una voz provenir de los lejos, era Guru Clef montado sobre una de sus tantas criaturas voladoras—. Debiste haberme contactado mentalmente antes de entrar a Céfiro —la reprendió el joven hechicero—. ¿Qué crees que te hubiera pasado si me encontraba ocupado? —

Guru Clef se encontraba volando sobre su criatura, siguiendo de lo más tranquilo la caída libre de Marina, mientras conversaba con ella como si estuvieran sentados bebiendo café en el parque de la esquina.

—En estos tres años que venido, ¡Jamás te has retrasado a una cita! —por su parte Marina, quien parecía poseer nervios de acero, simplemente coloco sus manos sobre su falda de la escuela para evitar que esta se levantara—. ¡Cuidado para donde estas mirando!—

—¡Oye!, ¿Quién crees que soy? —le reprocho Clef—. Por si no lo has notado, hay cosas más importante por ahora… —Clef señalo en dirección hacia el suelo, el cual parecía acercarse cada vez más rápido, Marina entendió y le extendió las manos a Clef, pero este, sonrió malévolamente antes de salvarla—. ¿Me trajiste lo que te pedí?—

—T-tú encargo, lo olvide —Marina comenzó a preocuparse al ver cada vez más cercano el suelo o en este caso el lago al que caería—. Podríamos discutir de eso luego de que me hayas salvado. Por favorcito—

—¿Cómo cuando se trata de ti, siempre debo ser yo el que deje todo de lado? —preguntó algo curioso Clef.

—Siempre pasamos por esto, creo que disfrutas verme sufrir —Marina metió su mano en su bolsillo y sacó algo de él—. Si de verdad lo quieres tendrás que salvarme—

—I si simplemente lo sacó del agua—sonrió de nuevo Clef—. ¿Qué es lo peor que te puede pasar?, ¿mojarte? —

—¿Sabes a la velocidad que caído?, si no hubiera reprobado física supongo que estaría más preocupada —esta última parte fue más para si misma que para Guru Clef—. Pero logre preguntarle a Anais ciertos datos —Marina volvió a meter su mano en su bolsillo y esta vez sacó un trozo de papel, el cual comenzó a leer—. Los cuerpos en caída libre experimentan una aceleración de diez metros por segundo, esto quiere decir que si un cuerpo suspendido en el aire a más de… —Marina no termino, simplemente arrugo el papel y lo soltó —. Lo importante es que si golpeo el agua a la velocidad en que voy, ¡Será como estrellarse contra concreto sólido!—

—Mujeres, siempre haciendo un drama de todo —Clef recupero su apariencia adulta y agarró a Marina de la cintura, esta se sonrojo, de inmediato el ave de Clef levanto el vuelo rozando la superficie del agua—. ¡Feliz!, ya te cumplí tu sueño de ser rescatada al borde de la muerte, ahora mi premio —

—I tú crees que te lo daré después de todo el sufrimiento que me hiciste pasar —Marina fue la que sonrió esta vez pícaramente, tomo lo que había estado guardando para Clef y se lo metió a la boca.

—¡Mi Caramelo con centro líquido! —fue lo único que alcanzó a decir Clef al no poder evitar que su novia se lo comiera.

—I era de cereza —le presumió Marina— ¿Qué vas a hacer al respecto ahora? —

—Solo me queda una cosa —Clef acerco su rostro al de Marina y le dio un largo beso, Marina quien no lo podía creer, solo se dejo llevar y cerró los ojos—. ¡Qué tal!, besos sabor a cereza—

—Eso fue especial —dijo casi sin habla Marina—. No me importaría volver a caer desde más alto con tal de que todos nuestros rescates acabaran igual— una sonrisa perversa se formo en el rostro de Clef, Marina comprendió en el acto—. Ni se te ocurra tirarme. Mejor dime, ¿esta ya todo listo para nuestra cita? —

—No es obvio, como crees que me olvidaría de nuestro aniversario. O ¿quién crees que soy Paris? —Marina fue la que beso a Guru Clef en esta ocasión—. I eso que aun no has visto lo que tengo planeado— Las Crónicas de Céfiro. 530696
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Las Crónicas de Céfiro. Empty Re: Las Crónicas de Céfiro.

Mensaje por Little Sweet Demon Dom Jun 07, 2009 3:33 am

Magic Knight Rayearth.

Las Crónicas de Céfiro 2:
El Príncipe Paris.

Esta historia .se ubica pocos días después de terminada la serie.

Anais miraba pensativamente su reflejo sobre la tina, había estado así un muy buen rato y su hermana se comenzaba a impacientar, más que nada porque se acabaría el agua caliente, Anais solo suspiro profundamente.

—¡Anais!, ¡Ya sal del baño! —pero Anais parecía no estas escuchando—. ¡Te vas a arrugar como pasa!, ¡Anais, me escuchas!

Anais golpeo su reflejo con sus dedos creando ondas en el agua, las cuales fueron interrumpidas por las lagrimas de la joven guerrera, fue cuando los golpes y gritos tras la puerta cesaron.

—He-Hermanita… ¿Te encuentras bien? —se escucho del otro lado de la puerta, pero Anais aun no respondía—. Tu sabes que puedes conversar de todo conmigo. Para eso somos hermanas.—

Mientras afuera su hermana pasaba de molesta a preocupada, dentro del baño, Anais pasaba de triste a decidida; sin más Anais se levanto de golpe de la tina, derramando mucho agua en el proceso, salió del baño muy apresurada dejando un pequeño charco tras de ella;. su hermana estaba más preocupada del hecho de que Anais saliera tan decidida rumbo a la calle, de que lo hiciera completamente desnuda

—Me pregunto a donde ira —esbozo una sonrisa malintencionada—. Le doy cinco segundos para que se de cuenta y regrese gritando—

Pero no hubo que esperar tanto, apenas se abrió la puerta de la sala se escucho un penetrante grito. Anais subió corriendo luego de cerrar la puerta de un golpe. Su hermana no podía más que ver la escena muy divertida.

—¡Dios mío!, ¿qué estaba haciendo? —Anais estaba muy avergonzada intentado secarse en su habitación—. ¿Qué me ha estado pasando últimamente?, es como si me faltara algo…—

—Yo creo que más bien es alguien —fue cuando entro la hermana mayor de Anais—. Seamos honestas en todo hermanita, como lo éramos antes, te sucede algo muy serio y creo saber que es, pero lo que no logro comprender, es ¿Por qué?—

Anais suspiro profundamente, luego de ponerse lo que le fue más fácil de usar, la invito a pasar y juntas se sentaron sobre la cama de Anais, la que por cierto, estaba perfectamente hecha; Anais volvió a suspirar, era el momento de contarle toda su aventura en Céfiro, el secreto ya no podía permanecer oculto más tiempo, además era su familia.

—Lo que te voy a contar nos pasó a Lucy, Marina y a mí, prométeme que luego de oírlo no me vas a tratar diferente —la hermana de Anais dudo un poco, pero la seguridad de la joven era verdadera.

—Entendido, parece ser algo muy importante —asintió tres veces antes de continuar hablando—. Prometo que no te veré o tratare diferente—

Anais corría muy feliz rumbo a casa de Marina, por primera vez se había alegrado de hacerla caso a sus sentimientos en lugar de a la razón. La plática con su hermana había sido la mejor forma de desahogarse. Si tan solo hubieran podido hablar así antes, cuando lo de la Princesa Esmeralda y Zagato, no se hubieran metido en tantos problemas.

—Mi hermana es la mejor hermana que pude tener —Anais corría muy alegre, casi parecía que volaba—. Espero que Marina no le haya devuelto la llave a Guru Clef, la necesito para ver a Paris—

La platica con su hermana no solo había ido bien, había sido maravillosa. Gracias a la opinión más sabia de su hermana había descubierto que era lo que le aquejaba. No era el hecho de extrañar a sus amigas o las aventuras que tuvo con estas. Su dolor era mucho más grande, provenía del corazón. Estaba lista para pasar al siguiente nivel con Paria, quiera este o no.

—Ahora que le diré —Anais había llegado por fin a casa de Marina, aunque hizo un tiempo asombroso, le pareció interminable—. ¡Marina!, ¡amiga!, recuerdas la llave mágica que te dio Guru Clef… ¿Me la podrías prestar para visitar a Paris? —

Anais ensayaba su dialogo frente a la entrada de la residencia de Marina. Ignorando completamente que su amiga acababa de llegar de sus clases extracurriculares. Marina se quedó callada escuchando atentamente todo lo que decía su amiga, no sin esbozar una sonrisa de felicidad al escucharla.

—Se que no te he venido a visitar mucho —Anais suspiro como si ya le hubieran respondido—. Esta bien, tienes razón. No te he venido a visitar desde que llegamos de Céfiro, ¡Feliz! — Anais bajo la cabeza y se hablo en tono de suplica —. Pero por favor, ¡préstame la llave mágica que te dio Guru Clef!, necesito ver a Paris, lo extraño mucho—

—Claro que te la prestare —Anais se sobresalto al escuchar la voz de su amiga venir detrás suyo, asustada se volteo a verla—. Pero llegas tarde, Lucy me la pidió hace una hora. Yo creo que si te apresuras se la puedes pedir cuando regrese—

Anais se recupero de su sobresalto al escuchar estas palabras. Le pidió disculpas a Marina y le agradeció por todo, luego salió corriendo nuevamente, esta vez en dirección de la casa de Lucy. Marina se quedo viendo la escena divertida.

—Me pregunto si debí decirle antes que Lucy fue a la Torre de Tokio y no a su casa —Marina quedo en tono pensativo—. Nah, sus hermanos le han de decir. Aunque es raro que Lucy siga prefiriendo ir a la Torra, cuando con la llave puede abrir cualquier puerta y entrar a Céfiro. Supongo que son gusto—

Marina sonrió divertida imaginando el encuentro de Anais con Paris, sobretodo porque sabía de muy buena fuente, de que el Príncipe Paris también estaba pasando por lo mismo que Anais. Sin embargo, debido a sus deberes reales, no se le tenía permitido dejar Céfiro.

—Se lo que es extrañar a alguien que amas, ¡Corre Anais!, ¡Ve con Paris! —Marina se encontraba ahora echándole porras a su amiga, aunque esta se había marchado hace un buen tiempo—. Espero al menos que me regresen la llave pronto. Tengo una cita con Clef en la noche —diciendo esto, Marina entro por fin a su casa.
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